PROSA APRISA
Arturo Reyes Isidoro
X: @ReyesIsidoro
Le
vino a jalar las orejas Con la “autoridad moral” que
lo caracteriza, Andrés Manuel López Obrador afirmó el viernes que lo que sabe y
le “consta” es que Rocío Nahle es honesta. Fue todo lo que dijo. Pero
incluso, de entrada, cuando se le preguntó sobre el tema de la mansión en El
Dorado trató de evadirlo: “Ah, no podemos meternos en eso”. Por lo que se reflejó en las
redes sociales, salvo los defensores y aplaudidores de la zacatecana, nadie más
le creyó. Menos, luego de que antes el
gobernador Cuitláhuac García Jiménez expresó que en Veracruz la “estrategia de
abrazos, no balazos”, funciona. Pareció, más bien, que AMLO
vino a jalarle las orejas, a hacerle un llamado de atención, a lanzarle una
advertencia por el daño que le está causando a su partido. “Sí ayuda mucho la austeridad
republicana… lo que decía el poeta veracruzano Díaz Mirón: ‘Nadie tiene derecho
a lo superfluo mientras exista quienes carecen hasta de lo más indispensable’.
No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”. “Y si hablamos de casas, vayan
por allá por Veracruz, por el puerto, para que vean lo que son mansiones, allá
por Boca del Río...”. Podría interpretarse que lo dijo por los Yunes azules,
pero ¿también fue un se los digo Yunes para que lo entiendas, Rocío? ¿Hacia quién más podía haber
estado dirigido el mensaje si no es que a ella por el lujo y la ostentación que
hace a diario con la mansión en la que vive, con el vistoso y costoso convoy
con el que se moviliza? El pasado 6 de febrero, el
mismo Andrés Manuel presentó una batería de reformas constitucionales, una de
las cuales, entre 20, propone convertir en política de Estado la austeridad
republicana. Con hechos, Rocío se pitorrea de él, lo deja en ridículo ante los
suyos. Mientras la candidata de
Morena vive en una ostentosa mansión valuada en entre 40 y 50 millones de
pesos, el 1 de febrero pasado, el propio Gobierno de México, en su Informe
Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2024, presentó un panorama
desolador sobre la pobreza en el estado, en el que calificó de “alto” el grado
de marginación y de “muy alto” el grado de rezago social. De una población de 8 millones
131 mil 584 personas, 4 millones, 244 mil 700, el 51.7 por ciento, vive en
pobreza, de los cuales 3 millones 166 mil 400 viven en pobreza moderada, 1
millón 078 mil 200 en pobreza extrema, y solo 1 millón 278 mil 200 de la población
es no pobre y no vulnerable. ¿Con qué autoridad, pues,
pueden hablar Morena y sus candidatos de austeridad cuando su candidata a
gobernadora vive entre el lujo y la ostentación? ¿Con qué autoridad puede
hablar ella de transparencia y combate a la corrupción cuando no comprueba con
documentos que en efecto la renta y cuánto paga mensual, o la presunta dueña
del terreno no aclara de dónde sacó el dinero para pagarlo en efectivo y además
para construir el costoso inmueble? Para AMLO, es “honesta”, solo
eso. Sin probarlo. Solo porque él lo dice. Pero, ¿cómo puede tener credibilidad
un hombre que menosprecia el Estado de derecho: “no me vengan con que la ley es
la ley”, o que proclama que por encima de la ley está su “autoridad moral”? Cuando, por ejemplo, Guerrero
está en poder de la delincuencia organizada, qué casualidad que vino a
Coatzacoalcos solo a encabezar una reunión de seguridad. En su conferencia de prensa
mañanera estaba obligado, una vez más, a meterle el hombro al gobernador
Cuitláhuac García Jiménez, a apuntalarlo, pero también a tratar de salvar a su
candidata del descrédito público. Ni modo que la exhibiera públicamente. Pero
no tenía ni tiene con qué defenderla, por eso se limitó a decir que es honesta. Conociéndolo como es,
acostumbrado a descalificar a todo mundo, como los caballos mordió el freno.
Por ejemplo, no mencionó por su nombre ni a los Yunes ni a Arturo Castagné
Couturier, quien detonó el escándalo (de adentro me han dicho que el único que
tuvo acceso a toda la información privilegiada y comprometedora fue Eric
Cisneros). No se quiso exponer, sin duda,
porque no sabe qué más le van a sacar a la luz pública a su recomendada, además
con pruebas, con documentos, como lo hizo el empresario citrícola de San
Rafael. López Obrador la impuso como
candidata y la tiene que tratar de sacar adelante como pueda. No le será fácil
ni por su origen zacatecano ni mientras no transparente sus bienes y el origen
de los recursos con los que los adquirió. Una revisión a su declaración
patrimonial no justifica de dónde saca para el tren de vida que lleva. Incluso, el sábado, en Ramos
Arizpe, Coahuila, la propia Claudia Sheinbaum proclamó que: “Nada que ganar más
que el presidente o andar en camionetotas, los gobernantes somos del pueblo de
México”. Rocío no solo anda en una, trae atrás de sí todo un convoy ostentoso
de varias. En seis días más iniciarán las
campañas para la gubernatura y luego vendrán los debates. La oposición ya tiene
bandera y material para mostrarle a los veracruzanos, con ejemplo vivo, que eso
de que no son iguales es puro cuento, porque son peores. La pobre y fallida defensa que
han intentado de Nahle, los que la han intentado, ha demostrado que no saben
cómo hacerlo porque no tienen con qué. Solo unos cuantos no quieren ver, o se
tapan los ojos a propósito para no verlo, el elefante rosa que tienen en medio
de la sala, y el problema para ellos es que, en cambio, lo visualizan, desde
cualquier punto del estado, el resto de millones de veracruzanos. En Morena tratan de
descalificar a Pepe, a los Yunes Linares-Márquez, a Castagné Couturier, pero lo
hacen chapaleando en un lodacero de descrédito en el que más se hunden entre
más lo intentan y a la vez ayudan a impulsar a la oposición. Llegaron al grado
de amenazar al empresario y lo único que provocaron fue que una masa de la
población saliera en su apoyo y en su descalificación a Rocío, lo que, sin
duda, tendrá un costo en las urnas. Los percibo muy nerviosos,
preocupados y hasta desesperados. Tienen motivos suficientes. La misma
candidata les mató el discurso de campaña, aun antes de que empiece. No tiene
ni tendrá credibilidad ni generará confianza entre el electorado mientras no predique
con el ejemplo. Si ya con lo de su origen recibía el rechazo de miles de
veracruzanos, mientras no aclare lo de su mansión el número se multiplicará. ¿Hará campaña durmiendo en una
mansión calculada en entre 40 y 50 millones de pesos mientras más de la mitad
de los veracruzanos viven en la pobreza? Por cierto, en su galería de
fotos de la conferencia de AMLO en Coatzacoalcos, el Gobierno de México no
subió una sola donde se viera con él el gobernador. Reconocimiento implícito a
Manuel Huerta En cambio, en su conferencia
mañanera del viernes, el presidente hizo un reconocimiento implícito al
candidato al Senado y exdelegado de Bienestar, Manuel Huerta. Mencionó que en el país
existen 35 millones de familias beneficiadas con al menos un programa social, y
como parte de ellas, en el caso de Veracruz son 2 millones 391 las que cuentan
con al menos uno de ellos. O sea, en cada hogar hay
cuando menos un adulto mayor recibiendo su pensión, un niño una beca Benito
Juárez, una mamá trabajadora un apoyo del gobierno o un joven está
capacitándose y recibiendo al mes un recurso económico. Ese dato no es menor porque
esa cifra representa potenciales votos que puede recibir Morena, y si se tiene
ese padrón considerable se debe al trabajo que con su equipo realizó Huerta. López Obrador aprovechó, no
podía de ser de otra manera, para raspar a la oposición, al decir que antes
quienes manejaban los recursos los desviaban y se quedaban con parte de ellos o
con todo, lo que se evita ahora con más de 3 mil sucursales del Banco de
Bienestar, con lo que los beneficiarios los cobran en forma directa. Manuel hace campaña en
“territorio”, sin acarreados, sin ostentación de ninguna especie, se mueve a
bordo de una camioneta de modelo atrasado con solo un chofer y un auxiliar y la
casa en la que vive ya se la ha mostrado a reporteros, a quienes ha invitado a
desayunar ahí.
Fue obvio que vino a tratar de contener el tsunami de críticas y señalamientos
que despertó la revelación de que su candidata vive en una mansión que valúan
en entre 40 y 50 millones de pesos, aparte su mansión en Coatzacoalcos.