ZONA CRÍTICA
Ismael García M.
X: @May_Garcia_M_
OAXACA, OAX.- Nadie
duda que será un hecho histórico para todos los mexicanos. Este martes 1 de
octubre toma posesión Claudia Sheinbaum Pardo como la primera Presidenta de
México. Y es y será un hecho
histórico, pues luego de más de dos siglos y un gobierno presidencial de
varones, por fin una mujer gobernará un país de más de 120 millones de
personas, en que la mayoría son precisamente mujeres. ¿Cómo será su
desempeño? Está por verse y hay que darle el beneficio de la duda, primero por
ser mujer profesionista, preparada; segundo, porque seguramente ellas sí saben
gobernar, sólo que por muchas décadas se les han negado los espacios de poder. Es obvio también que
millones de antimorenistas esperan un cambio; millones también de morenistas
están expectantes porque continúe la transformación del país. Este lunes es el último
día del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fundador y líder único de
Morena, que deja muchos saldos positivos pero también muchos pendientes con
saldos negativos. Deja además un país
dividido, entre “chairos” y “fifis”; entre “conservadores” y “demócratas”
transformadores. Pero, ¿realmente se irá
López Obrador a su rancho “La Chingada” en Palenque, Chiapas? O seguirá
controlado el poder presidencial, a través de su hijo en Morena y a través del
medio gabinete que impuso a la próxima titular del Poder Ejecutivo. LA ESPERANZA Según datos en
Wikipedia, Sheinbaum Pardo nació el 24 de junio de 1962 en la Ciudad de México,
en el seno de una familia judía secular de origen lituano y búlgaro. Es la segunda hija del
matrimonio del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo
Cemo. Carlos Sheinbaum formaba parte de la comunidad judía asquenazí originaria
de Lituania que llegó a México en la década de 1920. Su padre era comerciante
de joyas y militaba en el Partido Comunista Mexicano. Annie Pardo, la madre
de Claudia, procede de una familia de judíos sefardíes búlgaros asimilados que
llegaron a México en 1942. Los padres de Claudia
participaron activamente en los círculos de la izquierda mexicana durante la
década de 1960, en protestas, movimientos obreros y revueltas estudiantiles. Claudia se casó en 1987
con Carlos Ímaz Gispert, miembro fundador del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) y jefe Delegacional de Tlalpan (2003-2004),pero se separaron
en 2016. El 17 de noviembre de 2023 contrajo matrimonio con Jesús María
Tarriba, doctor en ciencia física por la UNAM y excompañero universitario. Respecto a su carrera
política, fue jefa de Gobierno de Ciudad de México entre el 5 de diciembre de
2018 y el 16 de junio de 2023, y la primera mujer electa que ejerció el cargo.
Anteriormente se había desempeñado como secretaria de Medio Ambiente del Distrito
Federal de 2000 a 2006, con López Obrador, y como jefa delegacional de Tlalpan
de 2015 a 2017. Sus estudios
universitarios los cursó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo la licenciatura, en 1989. En 1994 obtuvo el grado
de Maestría en Ingeniería Energética y en 1995 fue la primera mujer en ingresar
al doctorado en «ingeniería en energía» de la Facultad de Ingeniería de la UNAM
y obtener un grado de doctora. Formó parte de las
bases del PRD y en 2011 participó en la constitución del Movimiento de
Regeneración Nacional. Hizo historia el 5 de
diciembre de 2018, al convertirse en la primera mujer en presidir el gobierno
de la Ciudad de México; ahora hará historia en ser la primera mujer en la
Presidencia de la República. Fue designada por López
Obrador primero como “referente”, después como aspirante a la Presidencia,
entre varios competidores y finalmente fue impuesta como candidata; con las
siglas de Morena, PT y PVEM, ganó la elección el pasado 2 de junio con más de 35
millones de votos. LA HERENCIA Pero López Obrador le
deja muchos pendientes. Primero una cauda de proyectos faraónicos, que no se
sabría si sin “elefantes blancos” o si a mediano plazo podrán funcionar. Como ejemplos cercanos,
en el caso de Oaxaca, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, de
los que hasta ahora únicamente funciona, sin éxito, el tren que cruza de Salina
Cruz hacia Veracruz, pero solamente para pasajeros. Hasta el momento, no
hay traslado de carga del Pacífico hacia el Atlántico o viceversa; tampoco
funcionan, ni siquiera se han comenzado a instalar, los 10 polo de desarrollo
que comprenden dicho proyecto. Mucho menos se ha
terminado de construir la planta coquizadora en la refinería de Pemex Salina
Cruz y, por el contrario, en fechas recientes ha tenido múltiples fallas, con
saldos fatales, de al menos dos muertos. El rompeolas ahí está y
requirió también miles de millones de pesos pero hasta ahora en absoluto se le
ve alguna utilidad. La supercarretera
Oaxaca-Costa, por las prisas se inauguró en febrero, sin concluir, y las
consecuencias han estado hoy a la vista, en su tramo Barranca Larga Ventanilla,
con múltiples derrumbes cotidianos, situación que se ha agravado con las
lluvias. La supercarretera
Oaxaca-Istmo, en su tramo Mitla-Tehuantepec, también se quedó inconcluso; se
abriría al público en diciembre, pero de la misma manera sin terminar y con
múltiples riesgos para automovilistas y transportistas. Caminos artesanales: se
ofrecieron cerca de 300 y se terminaron alrededor de 200 a cabeceras
municipales. Pero eso sí, hay un sendero artesanal de 44 kilómetros, de
Guelatao a Tlalixtac, que nadie en su sano juicio caminaría pues el tramo se
lleva unas 12 horas, con múltiples subidas y bajadas, imposibles prácticamente
para caminar, a no ser que se use para el deporte extremo. Son largos los
pendientes que hay en Oaxaca y otro saldo es la pobreza; aunque López Obrador
se basa en cifras del Inegi para decir que hubo una reducción, la realidad en
los pueblos es muy distinta. Acaso las personas
adultas y los jóvenes y los estudiantes agradezcan y reconozcan las becas y el
dinero que se les regala cada dos meses pero que en absoluto tienen una
condicionante; es decir, no hay ninguna finalidad al otorgar el recurso más que
tener el voto cautivo; es decir, no se ofrece una opción de vida y de trabajo,
más que esperar los depósitos del efectivo. A nivel nacional, el
Aeropuerto Internacional de la Cdmx tiene más de un año inaugurado y nada más
no funciona adecuadamente; la refinería Dos Bocas tiene mucho de haber sido
declarada terminada pero apenas empieza a producir combustibles; el Tren Maya fue
terminado aprisa apenas ayer domingo, con graves impactos ambientales; la salud
y la educación, con graves retrocesos. ¿Qué decir de la seguridad? EL RETO Claudia Sheinbaum tiene
varios retos a la puerta, al asumir el cargo, y que urge atender desde el
primer día. Uno de ellos, pacificar
el país y dejar de insistir en el “abrazos no balazos”, pues está probado que
simplemente no funciona la estrategia. Y los resultados están
a la vista: cerca de 200 mil personas asesinadas en el sexenio obradorista,
cifra que rebasa por mucho a los antecesores priistas y panistas. Urge ya, no más
contemplaciones hacia la delincuencia organizada e impedir que controlen
totalmente el país; no quiere decir que se lance una guerra sin cuartel, pero
hay muchas acciones que se deben procurar de inmediato. El sistema de salud no
es mejor que Dinamarca y por lo pronto, se debe reactivar la atención médica
puntual y la dotación de medicamentos en todo México, principalmente para la
población vulnerable. Ya, de una vez por
todas, dejar de estar dividiéndole el país entre ricos y pobres, entre
“conservadores” y progresistas; entre aduladores y críticos, a quienes se les
tacha de adversarios; también dejar de satanizar a la prensa —tema que
requerirá un espacio más amplio— y combatir las desinformaciones con datos, con
información real, precisa, y no con señalamientos. Urge ya una
reconciliación en el país… y evitar que la dinastía Obrador, a través de sus
personeros en Morena y en el nuevo gabinete, sigan dictando las líneas que
deberá seguir Claudia Sheinbaum. ¿Podrá sacudirse ese estigma la primera
Presidenta de México? O está atada.