¿Qué dice el acuerdo alcanzado en la COP28 y cómo han reaccionado los científicos y ambientalistas?
REDACCIÓN VIVO NOTICIAS
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DUBÁI.- Adiós petróleo, adiós
gas y adiós carbón. Los casi 200 países participantes en la cumbre
climática de Naciones Unidas, celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), han
decidido poner punto final a su dependencia de los combustibles fósiles e
iniciar una “transición” hacia energías renovables y limpias para frenar el
cambio climático. El acuerdo alcanzado este miércoles, luego de
dos semanas de deliberaciones, ha sido calificado como “histórico” por los
organizadores de la cita, así como por los representantes de Estados Unidos, la
Unión Europea (UE) y Reino Unido. Por su parte, algunos estados pequeños y
vulnerables al cambio climático han puesto en duda su efectividad, por cuanto
el acuerdo no contiene lapsos de tiempo ni compromisos concretos para dejar de
quemar combustibles fósiles. La división de opiniones se ha extendido
también al ámbito académico y de las organizaciones ambientalistas. 200 países aceptaron abandonar los combustibles
fósiles, pero no se fijaron lapsos de tiempo para hacerlo. SIN
PRECEDENTES Los delegados presentes en el recinto de la
Expo2020 de la ciudad emiratí acordaron poner en marcha una transición para
“alejarse de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera
justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, a
fin de lograr el cero neto para 2050, de acuerdo con la ciencia”. El compromiso es un hecho sin precedentes, pues
es la primera vez, en las tres décadas que los representantes gubernamentales
del mundo llevan hablando sobre el cambio climático, que adoptan semejante
postura. Hasta ahora todos los textos y acuerdos previos
se habían centrado en las emisiones de efecto invernadero, pero no hacían
referencias directas a la necesidad de reducir las fuentes que mayoritariamente
las provocan, es decir, los combustibles. “Es el principio del fin [de los combustibles
fósiles]”, dijo Simon Stiell, responsable del área de cambio climático de la
ONU. El hecho de que el acuerdo haya sido alumbrado
en un país como EAU, donde la industria de los hidrocarburos representa casi un
cuarto de su Producto Interior Bruto (PIB) ha sorprendido. No obstante, la no inclusión en el texto de
ningún compromiso explícito para eliminar o reducir gradualmente el uso del
petróleo, el gas o el carbón ha despertado dudas sobre su efectividad. Las presiones de grandes productores de
petróleo como Arabia Saudita o Irak pudieron contribuir a suavizar los
compromisos. Asimismo, un centenar de países se fijaron como
meta triplicar la producción de energías renovables para 2030. Por su parte, algunos países desarrollados
ofrecieron 700 millones de dólares para nutrir el fondo para mitigar las
pérdidas y daños sufridos por los países más vulnerables a los embates del
cambio climático. Los países se han comprometido a triplicar la
producción de energía obtenida a través de fuentes renovables y limpias en los
próximos seis años. VISIONES
CONTRAPUESTAS “Debemos estar orgullosos (…) hemos elaborado
un sólido plan de acción para mantener el nivel de [calentamiento global de]
1,5 °C al alcance”, afirmó el presidente de la cumbre, Sultan al Jaber. El optimismo del anfitrión fue compartido por
el jefe de la delegación estadounidense, John Kerry, quien indicó que en el
contexto de la invasión de Ucrania y la guerra contra Hamás el acuerdo es una
señal alentadora. Por su parte, el secretario de Estado para el
Clima de Reino Unido, Graham Stuart, afirmó en el pleno de la cumbre que el
mundo está a las puertas del “fin de la era de los combustibles fósiles”,
aunque admitió que "hay elementos [de lo pactado] que no nos gustan”. El alentador panorama dibujado por el anfitrión
y algunas delegaciones occidentales no fue compartido por las representaciones
de los países insulares. “El acuerdo contiene una letanía de lagunas
jurídica”, denunció Anne Rasmussen, delegada de Samoa, un pequeño estado
insular ubicado en el Pacífico. “Hemos logrado un avance gradual con respecto a
lo habitual, cuando lo que realmente necesitábamos era un cambio exponencial en
nuestras acciones y apoyo”, reclamó, mientras una parte de los asistentes la
ovacionaron de pie. Los representantes de Bolivia, Colombia,
Nigeria y Uganda también pusieron reparos al texto de 21 páginas. El acuerdo conseguido en Dubái ha dividido a la
comunidad científica y a los ambientalistas. CIENTÍFICOS
POLARIZADOS El acuerdo de la COP28 también ha generado
algunas divisiones en el mundo científico, académico y entre las organizaciones
ambientalistas. “Aunque inadecuado, el acuerdo es un pequeño
paso esencial y sostenido hacia el objetivo de limitar el cambio climático
causado por el hombre”, afirmó el profesor de la Universidad inglesa de Reading
Richard Allan. Por su parte, la científica climática Chole
Brimicombe, del Centro Wegener para el Clima y Cambio Global, denunció que “la
redacción del texto final de la COP no coincide con la ciencia y existe una
preocupación real de que no alcancemos los objetivos”. La exmiembro de Greenpeace Jennifer Morgan
calificó el texto como un “gran paso” hacia la creación de un “mundo justo y
sostenible”. Por su parte, desde el Fondo Mundial para la
Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) criticaron que los estados no hayan
logrado "un consenso sobre la eliminación total" del uso de
combustibles fósiles. "Para un planeta habitable necesitamos una
eliminación total de todos los combustibles fósiles", afirmó Manuel
Pulgar-Vidal, del WWF y presidente de la COP20 celebrada en Perú en 2020. “[Está] claro que ocho años después del Acuerdo
de París, todavía estamos muy lejos de limitar el calentamiento global a 1.5 °C
y evitar los peores impactos de la crisis climática”, se lamentó.
