ZONA ROJA
ISMAEL GARCÍA M.
TWITTER: @May_Garcia_M
Terminadas las campañas políticas, y a fin de
mes el receso en el Poder Legislativo, ahora sí los legisladores de Oaxaca
tendrán que ponerse a trabajar… para Salomón Jara Cruz. El primer periodo de la 65 Legislatura fue de
completa abulia, pues la orden del entonces precandidato y luego candidato fue:
ninguna iniciativa relevante se presenta y se aprueba, si no la envía cuando
sea gobernador electo. Laura Estrada Mauro lo cumplió al pie de la
letra, al seguir pactando con priistas -como lo hizo en la Legislatura
anterior, a cambio de prebendas y recursos financieros- para que no pasara
nada. Y la precampaña y la campaña política por la
gubernatura contribuyeron a la parálisis total, pues la mayoría de los
legisladores, entre ellos candidatos, se ocuparon más en el proselitismo que en
su labor. Eso sí, ninguno de ellos, incluyendo los que
participaron por la gubernatura, pidieron licencia y permitieron el paso a su
suplente; se la pasaron de permiso en permiso para seguir cobrando sus dietas. Como escribimos semanas atrás, la gran mayoría
de intervenciones y propuestas en el pleno son ocurrencias, y nada que ver con
temas torales de Oaxaca. En el colmo, para evitar que no se reuniera el quórum,
tuvieron que improvisar algunas sesiones, las últimas del primer periodo, de
manera virtual. Pero ni así. EN
CAMPAÑA Natividad Díaz Jiménez y Alejandro Avilés
Álvarez fueron parte de los siete aspirantes a la gubernatura. Y desde el
inicio de la movilización electoral jamás pidieron licencia; tampoco acudían a
la Cámara de Diputados. Por cierto, los dos son integrantes de la Junta
de Coordinación Política, lo que contribuyó a una mayor parálisis. Lo mismo hicieron muchos de los priistas y
morenistas, aun cuando no formaran parte de algún equipo de campaña; frecuentes
y notorias las ausencias, por ejemplo, de Lizbeth Concha, que se abocó a su
cargo de secretaria General del PRI, o de Mariana Benítez, vocera en la campaña
de Avilés. Principalmente Laura Estrada Mauro, convidada
de piedra en todos los actos de Jara Cruz y tolerada sólo porque ha permitido
el saqueo de recursos públicos para financiar las actividades del hoy
gobernador electo, incluyendo pago a medios de comunicación. LA
DIVISIÓN El pasado 11 de junio, previo a obtener la
constancia de mayoría, Jara Cruz se reunió con 17 legisladores de Morena, de 23
surgidos de ese partido; ausentes y rebeldes, el grupo de los cinco que apostó
por Susana Harp Iturribarría. Así que se prevé que el segundo periodo
ordinario de sesiones, del primer año de ejercicio legislativo, seguirá con la
división entre los diputados morenistas. Principalmente con el grupo que comanda Flavio
Sosa, pues a pesar de supuestamente sumarse a Salomón Jara, en los últimos días
de campaña, la herida sigue abierta. Como abierta continuará la amenaza velada de
separarse de la fracción de Morena y conformar cinco de ellos una fracción
independiente. Se distinguen precisamente por apoyar a Susana
Harp y, aunque de dientes para fuera han recibido el perdón del gobernador
electo, en los hechos seguirán marcados por el menosprecio del trío de los
Jara. Así que, aún con amagos, Horacio Sosa
Villavicencio, César Mateos Benítez, Sesul Bolaños, Concepción Rueda y Melina
Hernández, seguirán diezmados y vilipendiados… a menos que. ¿REINARÁ
EL PRI? Por ahora, lo único que queda al PRI y a los
cinco aún morenistas en la 65 Legislatura es unir fuerzas para someter al resto
de los morenistas, crecidos por el triunfo en las elecciones del 5 de junio.
Habida cuenta que tienen un mismo hilo conductor. Alejandro Avilés ya no tiene nada que perder y
sí mucho qué ganar, al mantener sometidos a los otros seis legisladores (por
cierto, ¿qué habrán negociado para que no se haga más olas con el caso de
Gustavo Díaz Sánchez y que su espacio siga sin ser ocupado?). A Mariana Benítez le queda un segundo periodo
como presidenta de la Mesa Directiva y querrá, en el segundo año, presidir la
Junta de Coordinación Política, pero no cuenta ni contará con el apoyo de sus
demás compañeros, todos obedientes a Avilés. Y por lo pronto, la coalición política en el
proceso electoral, no funcionará en el Poder Legislativo, pues tanto el PVEM
como el PT y la única diputada del PUP seguirán su propia ruta comercial. El supuesto verdeecologista Samuel Gurrión,
seguirá siendo fiel al PRI, que le dio la diputación, y seguirá fingiendo
fidelidad a la coalición; el PAN con dos legisladores no puede hacer mucho, al
igual que el PRD con tres. Pero si se unen todos los inconformes contra el
grupo que aún comanda Laura Estrada, el morenismo tiene un futuro gris en el
Congreso local. Por lo pronto, no bien termina el primer año de
la 65 Legislatura, Laura Estrada Mauro pedirá licencia para incorporarse a
algún cargo en el gabinete y abandonar la representación popular, aunque la
perseguirá la sombra de la revisión de cuentas. Así que, ¿los diputados morenistas salieron
ganando con el triunfo de Jara? No. Se les complicarán más las negociaciones y
cumplir los caprichos legislativos del próximo gobernador les costará más
dinero.
