DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar
X: @efektoaguila
* La ineptitud, el abandono de funciones por
ambiciones político-electorales y el nepotismo, debe obligar al Gobernador
Salomón Jara a dar un golpe de timón para evitar que se repita la tragedia de
Quiaviní y exigir la renuncia de quienes traicionan su amistad y confianza. * Debe sentar un precedente positivo que en su
Gobierno no habrá impunidad ante la irresponsabilidad criminal. Con respeto a
la autonomía debe coordinarse con el Fiscal “florero” para investigar la
identidad y sancionar a los probables responsables de provocar los incendios. El incendio en San Lucas Quiaviní, San Pablo
Güilá y San Dionisio Ocotepec, Tlacolula, es una de las más amargas
experiencias, al abrir las puertas del infierno y cobrar la vida de cinco
comuneros. A ello se suma la no menos grave consecuencia
ambiental por la devastación de la flora y fauna en miles de hectáreas, por los
más de 30 incendios forestales en las diversas regiones del estado. Es ya un riesgo para la salud, particularmente
para niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias, el aumento de
contaminación en la calidad del aire de la zona metropolitana. La pública y notoria ineptitud por
improvisación, el abandono de funciones por ambición político-electoral y el
nepotismo, debe obligar al Gobernador Salomón Jara a dar un golpe de timón. Por salud pública y política, pero sobre todo
por congruencia y buena imagen de su gobierno, debe dar un enérgico golpe de
mano en su escritorio para evitar que se repita la tragedia de Quiaviní. El Jefe del Ejecutivo estatal debe exigir la
renuncia de quienes han traicionado su amistad y confianza al darles la
oportunidad histórica y social de servir a Oaxaca y a los oaxaqueños. Y debe hacerlo, no solo para sentar un
precedente altamente positivo que en su gobierno no habrá impunidad ante la
omisión y negligencia y menos ante la irresponsabilidad criminal. Con respeto a la autonomía de la Fiscalía del
Estado debe coordinarse con el Fiscal “florero” para que se investigue la
identidad y sancionar a los probables responsables de provocar los incendios. En el caso de Quiaviní hay ya un detenido y en
el del incendio de Santa Lucía los habitantes responsabilizan presuntamente a
Luis Rey López Martínez, ex regidor con el alcalde Raúl Cruz. Testigos identificaron a presuntos sujetos
afines al aspirante a alcalde por Movimiento Ciudadano que ingresaron a la zona
del incendio y avivaron las llamas con gasolina, llantas y plásticos. El objetivo de estos probables criminales, fue
sacar beneficios políticos para Luis Rey López, quien se dijo se preparó para
“arribar al lugar a brindar apoyo” como parte de su estrategia proselitista. El riesgo es sumamente alto de que la explosiva
mezcla de los incendios agravados por la falta de atención adecuada, provoque
estallidos sociales como ocurrió en Quiaviní, Güilá y Ocotepec. De ninguna manera se trata de pecar de
exagerados ni menos de alarmistas. En San Lucas Quiaviní, San Pablo Güilá y San
Dionisio Ocotepec, hubo bloqueos carreteros por varios días. El Gobierno del ingeniero Jara Cruz debe tener
mucho cuidado con la falta de atención a los incendios porque la angustia,
desesperación y la soberbia, siempre serán malas consejeras. Claro ejemplo de ello fueron retenidos siete
servidores públicos del Gobierno del Estado, entre ellos, el propio Coordinador
de Atención Regional, Donato Vargas, y dos Delegados de Paz más. Acordaron liberarlos hasta que el incendio sea
controlado. Exigen la presencia del Gobernador en la zona cero, y la renuncia
del Secretario de Gobierno, Jesús Romero, por omiso y negligente. De no sancionar enérgicamente la ineptitud por
ineficacia e ineficiencia, la omisión y negligencia esta seguirá traduciéndose
en criminal irresponsabilidad con mayor saldo de muertos y heridos. De manera especial debe hacerlo Jara con el
Coordinador Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos (CEPCyGR), Mauro
Cruz Sánchez, al pedir licencia para ir en busca de una diputación. La ambición política de este dejó en su lugar a
su sobrina, Ana Cristina Sánchez Bautista, quien fungía como jefa del
Departamento de Asesoría Comunitaria y Enlace Regional y Municipal. Al igual que su tío Mauro Cruz Sánchez, Ana
Cristina Sánchez desconoce totalmente los protocolos de Protección Civil y
Gestión de Riesgos, y los incendios forestales se salieron de madre. alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila