ZONA CRÍTICA
ISMAEL GARCÍA M.
TWITTER: @May_Garcia_M_
En la recta final del sexenio de Alejandro
Murat Hinojosa, termina también el sexenio de Eloy López Hernández al frente de
la Sección 22 del SNTE, gremial que mantuvo docilidad extrema en el mandato del
priista. Después de más de cuatro décadas de creada la
Sección 22, adherida a la combativa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), llega una mujer al frente, la indígena Mixe Yenny Aracely
Pérez Martínez, docente originaria de Tamazulápam del Espíritu Santo, egresada
de la Universidad Pedagógica Nacional y con maestría en el Centro de
Investigaciones y Estudios en Antropología Social. En ello fue clave la alianza, también
histórica, de seis regiones para derrotar a los llamados “Pozoleros”, grupo
identificado con el PRI y a cuyos intereses ha servido por varios años. ¿Pero con ello se recuperará la lucha combativa
del gremio? Porque López Hernández estuvo absolutamente plegado a los designios
gubernamentales, como no se había visto antaño. Claro, evidentemente que la más beneficiada fue
la niñez oaxaqueña, pues tuvo prácticamente ciclos lectivos completos, como
nunca antes también sucedía. Quizá por la pandemia de Covid-19, pero más por
la abulia de su dirigencia sindical, la Sección 22 se mantuvo extremadamente
tranquila y hasta de la lucha social, a favor del pueblo, y de sus fechas
emblemáticas se olvidó. DESEMPEÑO
GRIS López Hernández fue electo el 21 de enero de
2017, para suplir al comité que encabezó Rubén Núñez Ginez, pero llegó
completamente gris, sin fuerza, sin liderazgo. Como tampoco asumió esa lucha el secretario de
Organización, Genaro Martínez, que terminó por ceñirse a los designios
presupuestales oficiales. Acaso el secretario de Prensa, Wilbert
Santiago, asumió el rol de opositor en el interior del comité ejecutivo, junto
con un reducido grupo, pero fue más en busca de posiciones políticas, con miras
al relevo sindical, que auténticamente una lucha contra la corrupción y el
probable enriquecimiento de Eloy López y su camarilla. Los demás integrantes del comité, sólo
estuvieron a la expectativa económica para no quedarse atrás. José Carlos López
Alonso, de Finanzas; en Previsión y Asistencia, Jorge Cajero Velasco; en
Créditos, Sabino Cruz Sánchez, de Tuxtepec; en Vivienda, Marcos Peña López, de
la Sierra, y en Relaciones, Natanael Lorenzo Pablo, todos más levantaron la
voz. En este último año, ni siquiera se acordaron de
su emblemática batalla de Todos Santos, el 1 de noviembre, o del 25 de
noviembre de 2006, como antaño sucedía; en anteriores ocasiones, como el 14 de
junio, las ganas de salir a las calles y de protestar para exigir justicia, se
esfumaron. El nombre de Ulises Ruiz Ortiz, quedó para el
anecdotario y solamente fue coreado en algunas ocasiones por un reducido grupo
de docentes, para insistir en justicia por la violencia originada el 14 de
junio de 2006. Mucho menos de José Manuel Vera Salinas, hasta hoy funcionario
estatal, e incluso uno de los enlaces con un ala magisterial oficialista. SINDICATO
DECADENTE Pero, salvo la lucha que dieron los integrantes
de la dirigencia que encabezó Rubén Núñez Ginez, al rechazar la reforma
educativa que promovió Enrique Peña Nieto, no se recuerda años atrás una
Sección 22 combativa. De Enrique Rueda Pacheco, quien encabezaba al
magisterio cuando los hechos del 2006, sigue viviendo holgadamente en Canadá;
Azael Santiago Chepi es diputado local por segunda ocasión, pese a su
apasionamiento por los fermentados, y es uno de los nuevos millonarios del
magisterio. Insistimos, no es que se quiera que las y los
maestros estén todos los días en las calles perjudicando a la sociedad, pero
tampoco han defendido sus derechos. Con la excepción de la abrogación de la reforma
educativa, impulsada por Andrés Manuel López Obrador, no hay más triunfos. Pero
éste se dio más que por la lucha sindical, por complacencia del Presidente de
México y gratitud ante el apoyo para ganar la Presidencia. Y la puntilla: otorgarles más de 50 mil plazas,
para no generarle protestas a su administración, lo cual ha quedado demostrado
vez tras vez, como en el caso de las erradas políticas educativas desde la SEP,
durante el actual sexenio, en que nadie se ha quejado. Exactamente, la dirigencia que encabezó Eloy
López acompañó todo el sexenio de Alejandro Murat, y lo mantuvieron dócil. Quizá por ello el precongreso del fin de semana
reprobó todos y cada uno de los informes de las secretarías y organismos
auxiliares. Pero pese a ello, el ahora exdirigente
magisterial será a partir del 1 de enero próximo, presidente municipal de San
Juan Teita, violando los principios rectores de la Sección 22. ¿QUÉ
SIGUE? Obviamente que nadie quiere un magisterio que
todos los días esté bloqueando calles y carreteras, por exigencias pueriles. Pero antaño se distinguía por acompañar las
luchas del pueblo, como le llaman; hay tantas necesidades en las comunidades de
Oaxaca que no tienen ahora una luz que les guíe para buscar justicia y apoyo
social. La pobreza ancestral, la falta de servicios
básicos, las exigencias de justicia, continúan por todos lados, sin que haya
habido resultados positivos en el gobierno de Alejandro Murat. El anuncio en el actual sexenio estatal, de
otorgar más de 50 mil plazas a la Sección 22 fue beneficio para amigos y
familiares del anterior comité ejecutivo, y tampoco nadie acusó corrupción. Inicia un nuevo ciclo con nueva dirigencia
gremial y lo primero que desean las bases sindicales es acabar con el
“charrismo”; deslindarse del oficialismo; en seguida ajustar cuentas contra
quienes han medrado con el sindicato magisterial; además, pugnar por recuperar
la democracia interna y no dejar más en el abandono a las comunidades
oaxaqueñas. ¿Recuperará Yenny Aracely Pérez Martínez la
dignidad del magisterio? O se ceñirá a los designios gubernamentales. “La mujer
con convicción, no se vende con Salomón”, refiere una imagen en redes sociales,
en referencia a la nueva secretaria General. Por lo pronto, Salomón Jara Cruz no tiene
operadores políticos con credibilidad en el magisterio. Inicia un sexenio
morenista, de un gobierno supuestamente de izquierda; inicia un cuatrienio
magisterial. La moneda está en el aire.